El agua y su función terapéutica
El agua además de representar para el
ser vivo en general una de las unidades esenciales para su supervivencia, entre
otras ventajas, también le reporta favores incalculables cuando es usado en terapias de diversos tipos.
Hidroterapia
Trabaja a través de la presión
ejercida sobre el cuerpo por baños simples o con la adición de determinados
productos. Asimismo, se aplica el efecto de propulsión de arriba hacia abajo y
de acciones localizadas. Estas prácticas actúan sobre el metabolismo, el
sistema nervioso y la circulación sanguínea. Algunas de las afecciones tratadas
son: la artritis, la osteoporosis, y el estrés.
Terapia Marina de
Quinton
Es una práctica que se utiliza para
tratar diversas enfermedades, en la que se aplica agua de mar extraída a 30
metros de la superficie y a 10 metros del fondo del océano, luego de un proceso
de esterilización.
Osteopatía craneal
acuática
Este tratamiento provoca una
relajación y liberación profunda del cuerpo, la mente y lo que es más
importante, de las emociones que generan bloqueos y tensiones.
El terapeuta conduce al paciente por
toda la piscina con movimientos suaves e inmersiones. El cuerpo se
descontractura con la ayuda de estiramientos dirigidos y presiones localizadas
en distintos puntos. Se trabaja especialmente el cráneo, la espalda y el
abdomen para activar y desbloquear zona por zona.
Reiki acuático
El terapeuta estimula con sus manos,
los puntos energéticos del cuerpo.
Agua dialítica
Es un agua a la que se le han
modificado los átomos que la constituyen a través de campos electrostáticos,
generados por cristales de cloruro de sodio y de litio. Tras ingerirla, la
misma se desplaza por el torrente circulatorio formando parte de la sangre y
los fluidos, cumpliendo las siguientes funciones:
– Disgrega pequeños cálculos que existan en el
organismo (renales, biliares, etcétera)
– Elimina las capas más superficiales e indefensas
de los cálculos favoreciendo su expulsión.
– Rompe los cálculos grandes en piedras más
pequeñas y después en arenilla que puede ser expulsada sin dolor.
– Aumenta la solubilidad de las sales minerales que
circulan por la sangre y la orina, evitando que precipiten y constituyan nuevos
cálculos.
Existen además, las llamadas terapias acuáticas,
que se realizan en piscinas termales con una temperatura constante de 38 °C.
Estas prácticas favorecen la relajación muscular, y la columna se libera de la
tensión del peso corporal y la fuerza de gravedad terrestre. Transcurrido el
tratamiento, el sistema nervioso central produce una armonización general de la
energía corporal. Lo más reciente en este tipo de experiencias, son las
terapias manuales que se aplican flotando en el agua.
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